El granjero está preocupadísimo, porque hoy, sus animales se comportan de una forma muy extraña. La oveja ya no bala, sino dice “cuac, cuac”, el gallo no cacarea sino grita “beeeeee” y el cerdo no gruñe sino canta “Kikirikiiiii”. Y todo justo hoy, el día en que un montonazo de niños y de niñas vienen a conocer a los animales de la granja. Pero no vamos a suspender la visita, a pesar de todo seguiremos con el plan. ¡A ver qué pasa! ¡Qué locura de granja!
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